Dos palabras que comparten cartel. Dos palabras que pueden compartir frase, y sin embargo dos palabras antagónicas. Me hubiese gustado vivir aquel mayo del 68 y me hubiese gustado gritar en castellano (en francés suena fatal) aquella famosa frase: "Prohibido prohibir". Y es que, el respeto está reñido con la prohibición. De hecho no haría falta una norma escrita, ni siquiera un uso o una costumbre si existiera respeto, y de hecho, ni siquiera sería necesario poner carteles con la inscripción "respeten tal o cual cosa" si desde críos, mamásemos una de las mejores escencias para vivir en armonía, pero..., de momento nos gusta más tocarle los huevos al prójimo.
Texto y foto: Contrahecho