domingo, 8 de febrero de 2009

Emilio Calatayud: Eze Ómbre

El viernes se pasó por aquí una persona, que en el caso de creer la teoría de las mentes privilegiadas, yo desde mi posición y bastantes de l@s que leáis esto, observaríamos cabizaltos y boquiabiertos desde la bajura.
Emilio Calatayud y la conferencia “La responsabilidad del poder judicial”, para aquellos/as que no tienen porqué saber nada de este menda…le denominaremos “el yupi-juez de menores de Granada que plantea condenas muy freak”.

Empecemos por las condenas, que es lo más morbosillo:

*Delito/Falta: robo -Condena: encontrar trabajo.
*Delito/Falta: robos por consumo de drogas -Condena: Ayudar a repartir comida en un banco de alimentos.
*Delito/Falta: conducir una moto sin tener el seguro -Condena: Crear un cómic sobre ello.
*Delito/Falta: conducir una moto borracho -Condena: visitar un centro de personas con paraplejías, visitar a sus familiares y hacer una redacción sobre ello.
*Delito/Falta: Crackear varias empresas provocando daños de hasta 2000 euros -Condena: 100 horas de clases de informática.
*Delito/Falta: conducción temeraria y sin permiso -Condena: patrullar junto a un policía, en un servicio a la comunidad de 100 horas.
*Delito/Falta: quemar papeleras y vandalismo -Condena: trabajo de 2 semanas con el cuerpo de bomberos.
*Delito/Falta: robo, tirones de bolso -Condena: libertad vigilada durante 3 años, realizar un curso de formación en mecánica y encontrar trabajo.

Otras condenas: aprender a leer y escribir, sacar el graduado escolar, dejar las drogas e ir a un centro de menores, porque ojo…también lo hace.

Y aquí es donde este hombre de 54 años me parte el corazón y la cabeza en dos, ha conseguido darse cuenta de muchas cosas, pero todo el mundo puede llegar a darse cuenta sin comerse mucho el tarro, lo que en realidad hay que resaltar, es que las está llevando a la práctica.

¿De qué se ha dado cuenta?, de que las cuestiones de “menores”, son cuestiones de niños, niñas y adolescentes, de que un padre y una madre tienen que ser un padre y una madre, no unos colegas ya que de esta forma este/a “menor” quedaría huérfan@, de que lo que antes era un/a maestr@ ahora es un/a profesor/a, de que actualmente todo está judicializado, que el tratamiento de los medios de comunicación crea una alarma social que conlleva repercusiones negativas para los procesos de intervención, que no solamente es necesario para juzgar a alguien saber el delito que ha cometido, si no que de igual manera es, conocer a quién lo ha cometido y por eso es necesario un equipo educativo y psicológico en cada juzgado, que cada uno de ellos/as, han cometido un delito, tienen el famosísimo “perfil de delincuente”, pero no es un/a delincuente.
En definitiva y de su propia voz: “hemos perdido los papeles”.

Y después de este maremágnum de ítems, hablemos un poco de la ley, que ya sé de sobra que quién más y quién menos tiene argumentos para decir que es una basura, yo también, pero, hagamos un esfuerzo sobrehumano para seguir leyendo.
El código civil (ese pequeño manualzucho del “buen” español), recoge dos artículos muy interesantes, en el primero habla de todos aquellos derechos que tienen los hijos e hijas para con sus padres y madres, que en general habla de la cobertura de todas las necesidades básicas y de la responsabilidad en cuanto a la educación, este creo que lo tenemos bastante claro, sobre todo porque como se nos ocurra meter un revés acabamos en chirona (a parte de por lo feo que estaría psicoeducativamente, uff que tarea más complicada esto de hacer que no se me malinterprete).
Y por otra parte, los deberes de estos y estas de vuelta, obediencia, respeto…este es el que tenemos un poco olvidado, desde su punto de vista.

Y aunque no lo dice él, lo digo yo, chocan y se contradicen bastante con la Ley de Protección del menor, con la Declaración Universal de los Derechos del Niño y porque no conozco más, sino seguiría sumando.

Habla también de una cosa en la que yo no había caído, la ley del menor, nos dice que todos los niños y niñas en edad de educación obligatoria tienen que estar en horario escolar en los centros, y que cualquier persona que se percate del incumplimiento repetido, deberá hacerlo visible ante las autoridades. Esto nos implica a la sociedad, y al igual que en las cuestiones de género se hace un llamamiento masivo, en este caso es lo mismo.
Si!!!!, vale, todo el mundo hemos hecho peyas…nos lo hemos pasado genial y no tenemos una carrera delictiva, pero para la mayoría de los/as menores que acaban en un juzgado, el acceso a la educación (por malísima que esta sea), supone evitar durante unas horas al día los desastres socio-familiares que está viviendo y además aunque no quiera, algo aprende.
Él dice de manera semi-graciosa cuando impone una condena de sacarse el graduado escolar: “si no se lo han sacado por lo civil se lo sacará por lo criminal”.

Y aunque podría dedicar horas y horas al análisis de cada uno de los puntos, os responsabilizo de esa tarea, ya que ni es mi intención que prime mi punto de vista, ni invitaros a no leer este articulo por su densidad. De esta forma también os lo curráis un poquito, ahhh! y no se me va a ocurrir citar aquellos casos en que los delitos son grotescos como el asesinato, la violación o el creciente maltrato familiar, porque ya ha influido lo suficiente la televisión y la prensa y porque son minoritarios al igual que en los 50 últimos años de historia.

Así que por último me voy a dedicar a hacer visible la labor del equipo del yupi-juez, porque no estamos hablando de un superhéroe, estamos hablando de un conjunto de personas que hacen posible esta labor.
El equipo psico-educativo encargado de hacer el estudio del caso a nivel individual, de los intereses de cada implicado y sus necesidades, para adaptar la pena y hacerla efectiva.
Por otro lado la asociación Ameris, quienes tienen la tarea de la evaluación de todos los procesos de seguimiento y libertad vigilada y del cumplimiento de las condenas, vamos, en resumidas cuentas, aquellas personas que hacen el trabajo duro.
Y la implicación de aquellas entidades donde se realizan los servicios a la comunidad, no estigmatizar, dar poyo y por encima de todo, creer en ellos y ellas.

También tengo cifras sobre los resultados que han dado estos procesos, el nivel de la tasa de reincidencia, las cifras de delincuencia infantojuvenil…pero tampoco las voy a poner, ya que no creo que esto sea lo destacable.

Y con un mazazo sobre la mesa, cocluyo.

4 comentarios:

  1. La labor de este juez me parece la correcta aunque desde el punto de vista de la sociedad se resalte a bombo y platillo sus medidas, vale que sus medidas son poco ortodoxas, pero como casi siempre se pone el acento en la superficie que es lo menos importante de la cuestión que nos atañe.Ortodoxas o no lo que si está claro es que funcionan y son eficaces. Por lo tanto deberiamos aprender de este hombre que entre las muchas medidas que dicta nunca pierde el norte y trata de dar una oportunidad, no estimatizar y tratar a sus condenados como lo que realmente son: menores.

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  2. a mi me parece bien lo que hace. no pude leer cn mucha atencion pero mañana lo hago ok?
    lo que digo es q me parece bien lo q hace siempre y cuando no sean por delitos demasiado graves como asesinato, pesesion de armes de fuego, conducir borracho y sin carnet...
    de todos modos creo q en cualquier caso una condena tradicional en menores siempre se deberia acompañar con una de este estilo.
    bicooos do Cirio jajaja

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  3. Es un ejemplo de lo que debiera ser la justicia tendente a la reinserción de la que tantas veces hemos hablado tú y yo. Problema: Eso lo puede hacer un juez de menores, pero no uno de mayores. Por qué? Muy sencillo, no hay medios. Los Juzgados de menores (hablo de la zona que conozco evidentemente) están bastante más "desatascados" y se puede perder (entiéndeme la palabra) un poco más el tiempo en eso.

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  4. Qué correctitos me estais siendo
    .....uhhh...que vengan hombres de verdad!!!

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